martes, noviembre 27, 2007

Reflexiones Peruanas Nº 174: Identidad, Regionalismo e Intolerancia

Hace algunos años, el Ministerio de Educación convocó a un concurso a nivel nacional para nombrar a maestros para muchas apartadas localidades amazónicas. Sin embargo, cuando los profesores ganadores llegaron a Iquitos y Pucallpa para embarcarse hacia las escuelas asignadas, enfrentaron las protestas de quienes habían perdido en el concurso, que les acusaban de “foráneos”.

Lo sorprendente fue que los manifestantes obtuvieron el apoyo de los gobiernos regionales, emisoras radiales y amplios sectores de la opinión pública. No se trataba, debe precisarse, de asegurar el derecho de las comunidades nativas a recibir educación en su idioma, porque las plazas se habían abierto en poblados mestizos. El argumento era que los puestos de trabajo debían ser sólo para los profesores del lugar. El bienestar de los niños o la capacidad de los docentes parecían totalmente irrelevantes.

Aunque en casi todas las ciudades peruanas, la mayoría de los habitantes son migrantes o hijos de éstos, con mucha frecuencia se aprecian similares manifestaciones de intolerancia. En los años cincuenta, en Lima se hablaba de colocar peajes o muros para detener la masiva migración andina. Aún ahora, algunos limeños de ascendencia europea no aceptan la convivencia con sus compatriotas y prefieren construir ghettos voluntarios en las playas del sur.

Los sentimientos intolerantes se manifiestan inclusive dentro de la misma ciudad, como cuando se colocó una valla para impedir que los habitantes de Ate ingresaran a algunas zonas de La Molina. Igualmente, algunos vecinos han querido impedir que se instalen juegos infantiles en los parques de San Borja, para evitar que vengan “niños de fuera” (es decir de San Luis, el distrito colindante). Hace unos años, una amable familia de Surco me decía que esperaba que el Parque de la Amistad no se abriera nunca al público, para que no llegara “gente de otros distritos”.

La situación se hace más complicada, cuando están en juego recursos naturales, como sucede entre diversas regiones limítrofes en el Perú. En los últimos días, por ejemplo, se ha manifestado un desacuerdo entre los gobiernos regionales de Piura y Lambayeque sobre los proyectos de irrigación para los cuales se deben usar las aguas del río Huancabamba. Hace unos años, ya los mismos Presidentes Regionales Trelles y Simon sostuvieron un conflicto en torno a la propiedad de unas islas guaneras, como también porque ambas regiones sostenían que la algarrobina era su trago oficial para las ceremonias públicas.

De hecho, los elementos simbólicos o culturales también pueden generar rivalidades y conflictos. Por ejemplo, en el Perú todavía ni siquiera es posible sugerir un quechua estandarizado, en buena medida porque en diversas regiones se sostiene que allí se habla el verdadero quechua y en el resto de lugares “se habla mal”. Estas tensiones sólo terminan perjudicando a los propios quechuahablantes.

Sin embargo, donde de manera recurrente los conflictos interregionales se manifiestan con mayor gravedad en el sur del país. Allí, además, involucran a muchos habitantes, como se aprecia por los problemas existentes entre Moquegua y sus vecinos, Arequipa, Tacna y Puno. Expresiones como bloqueos de carreteras, ataques violentos y denuncias judiciales por usurpación muestran como la escalada del conflicto termina cegando a los implicados.

En otros casos tenemos conflictos intraregionales no menos desgastantes, como el existente entre huaracinos y chimbotanos. La rivalidad entre Abancay y Andahuaylas generó en diciembre pasado la muerte del taxista Cirilo Tuero, mientras que en años anteriores se produjeron violentos incidentes en Moyobamba, en medio de la pugna que sostiene con Tarapoto.

En el ámbito laboral, la exigencia de contratar a una persona del lugar sólo podría aceptarse si existe justificación objetiva o razonable, como por ejemplo, que sea necesario manejar el idioma local o estar familiarizado con la cultura o la geografía. Lamentablemente, es frecuente que estos elementos no sean tomados en cuenta y simplemente el lugar de origen valga más que la capacidad. Las consecuencias perjudican a la misma institución pública que prefiere lugareños mediocres a foráneos capaces.

Resulta chocante cómo estas percepciones discriminatorias pueden ser manipuladas: al alcalde de Ilave, Fernando Robles, sus adversarios le acusaban de haber contratado “personal de fuera” para la Municipalidad, dejando sin trabajo a los profesionales ilaveños. Algunos de los empleados cuestionados provenían de Juliaca o Puno, pero eran igualmente rechazados.

En un país tan fragmentado como el Perú, las identidades locales o regionales no deberían ser negativas. De hecho, sólo lo son cuando se expresan como rechazo a otros ciudadanos en una especie de “xenofobia interna”. Estas manifestaciones nos muestran la necesidad de construir una identidad como país. A las autoridades y dirigentes políticos les correspondería actuar con madurez a este respecto, pero algunos parecen encontrar más fácil atizar prejuicios y rivalidades.



Además...

-Indecopi ha sancionado a catorce motonaves en Iquitos, donde son constantes los abusos hacia los pasajeros en el transporte fluvial. Ninguna de las embarcaciones estaba asegurada o contaba con salvavidas. La misma peligrosa informalidad se produce en Pucallpa y en el lago Titicaca.

-El Presidente García ha planteado difundir los nombres de 1,800 personas fueron procesadas por terrorismo entre absueltos, indultados y quienes efectivamente cumplieron su sentencia. Además de ser una propuesta ilegal, parece ser una cortina de humo para que la población olvide los problemas de gobernabilidad existentes.

-Hablando de acusaciones irresponsables, hacemos llegar nuestra solidaridad a la ingeniera María Elena Foronda, directora del Instituto Natura de Chimbote, a quien Ernesto Bustamante, Decano Nacional del Colegio de Biólogos calificó de terrorista en un reciente artículo periodístico. Al parecer, el trasfondo de estas acusaciones es el respaldo de Bustamante a los cultivos transgénicos.

-Hablando de medio ambiente, este jueves habrá en Tarapoto un paro provincial contra la explotación petrolera en el cerro La Escalera.

-En un nuevo linchamiento en Yanacancha (Junín), murieron tres delincuentes, quienes al parecer habían matado a un vigilante.

-Hablando de Junín, felicitamos al Gobierno Regional y a las principales autoridades de esta región por haber suscrito el pacto contra la discriminación el pasado 21 de noviembre en Huancayo. Esperemos que otros gobiernos regionales sigan este camino.

-Hablando de racismo, EsSalud rescindió el contrato del médico Rodolfo García, quien agredió e insultó a la señora Mauricia Altamirano en su consultorio en el Rímac. Queda pendiente la intervención del Colegio Médico y del Ministerio Público en un evidente caso de discriminación.

-En una misma semana, otros dos viajes de promoción al Cusco terminan en tragedia. Entretanto, los transportistas del sur del país continúan oponiéndose a todo tipo de control por parte del Ministerio de Transportes, mientras el Ministerio de Educación se encoge de hombros ante tantas tragedias. (RP 171 Conciencia y Coacción).

-Víctima de una larga y penosa enfermedad, falleció la semana pasada la fiscal Ana Cecilia Magallanes, premiada el año pasado por su valerosa defensa de los derechos humanos y su lucha contra la corrupción en tiempos verdaderamente difíciles.

martes, noviembre 20, 2007

Reflexiones Peruanas Nº 173: "Quiero ser útil para mi pueblo"

QUIERO SER ÚTIL PARA MI PUEBLO”

La corta vida de Ceferino Namuncurá, el mapuche argentino beatificado la semana pasada, tiene muchos detalles llamativos: su madre fue una chilena blanca capturada por los mapuches. En el colegio salesiano de Buenos Aires donde estuvo internado, Ceferino derrotó en un concurso de canto a su compañero de clase, el después famoso Carlos Gardel. En Roma, tuvo un encuentro personal con el Papa Pío X, que sería también canonizado. Existe inclusive un dato que llamará la atención de mis familiares: tras la muerte de Ceferino, ante la creciente devoción, el gobierno argentino solicitó la repatriación de sus restos, que llegaron desde Italia en el barco denominado Ardito.

Sin embargo, para mí, lo más sorprendente es que ya se encuentre en los altares un mapuche, cuyo pueblo recién conoció el cristianismo a fines del siglo XIX. ¿Por qué no surgieron figuras similares en países como el Perú, donde los indígenas fueron evangelizados varios siglos antes?

En realidad, el sangriento episodio de Cajamarca nos muestra que a estas tierras llegó una forma de vivir el cristianismo bastante diferente de la que ahora conocemos. La religión del siglo XVI estaba centrada más en el culto y rituales externos que en valores como el respeto a la vida o la dignidad humana. Inclusive la segregación racial (que se practicaba en los mismos templos) o la tortura a herejes y judaizantes parecían compatibles con el cristianismo de la época.

A fines del siglo XIX, los indigenistas responsabilizaban directamente a la Iglesia Católica por su complicidad en la explotación de los indígenas. En Aves sin Nido, Clorinda Matto de Turner describió los abusos de sacerdotes y obispos, lo cual le costó la excomunión.

Por eso, la llegada de misioneros protestantes, especialmente adventistas, fue percibida de manera muy positiva por influyentes autores como Valcárcel. Teodomiro Gutiérrez, un oficial muy comprometido con los indígenas, incluso se hizo bautizar como metodista. Gutiérrez es más conocido porque en 1915, bajo el nombre de Rumi Maqui, encabezó una gran sublevación de los indígenas puneños contra los hacendados.

Rumi Maqui no podía imaginar el fuerte compromiso con los campesinos que demostraría décadas después la Iglesia Católica del Sur Andino. En realidad, la beatificación de Ceferino coincide con la intensa defensa de los derechos de los indígenas plasmada por los obispos de América Latina en el documento elaborado recientemente en el santuario brasileño de Aparecida.

En la línea de las conferencias de Medellín y Puebla, el texto señala la contradicción de un continente mayoritariamente católico donde prima la violencia estructural, la injusticia y la pobreza. Los obispos siguieron las orientaciones del Papa Benedicto XVI, quien precisó en su discurso inaugural que la opción preferencial por los pobres estaba en el centro del mensaje cristiano y advirtió sobre los peligros de usar la religión para evadirse de los problemas sociales y políticos.

Los obispos piden a los católicos latinoamericanos comprometerse seriamente con las víctimas de discriminación, sean mujeres, ancianos, portadores de VIH, migrantes, afrodescendientes o indígenas, pero advierten que muchas personas más que discriminadas están totalmente excluidas y no son solamente explotadas sino inclusive “desechables”.

El documento denuncia diversas situaciones muy familiares a los peruanos: la precariedad de las condiciones laborales, el debilitamiento de los sindicatos, las consecuencias del tráfico de personas y la debilidad de los Estados frente a las transnacionales, lo que se manifiesta en la afectación de los derechos de las poblaciones locales por parte de las industrias extractivas y la agroindustria.

El testimonio de los obispos peruanos fue especialmente importante al abordar la problemática del medio ambiente, señalándose que la Iglesia debe promover un desarrollo alternativo y la organización de la población rural. Frente al cerrado entusiasmo de algunos analistas limeños, se advierte sobre los efectos negativos de los Tratados de Libre Comercio entre países con economías asimétricas, especialmente para los pobres.

Resulta comprensible que los medios de comunicación peruanos hayan preferido ocultar que un documento tan crítico puede encontrarse en librerías católicas y en internet. Tampoco difundieron la primera beatificación de un indígena sudamericano, que fue una ceremonia muy simbólica: no se llevó a cabo en el Vaticano, sino en el pueblito de Patagonia donde Ceferino nació e incluyó rituales especiales a cargo de los líderes espirituales mapuches, como respeto a la cosmovisión indígena.

Para muchos indígenas y mestizos sudamericanos es motivo de mucha alegría saber que existe, por fin, un santo (técnicamente, solamente beato, por ahora) de rasgos semejantes a ellos. Sin embargo, también vale la pena recordar la frase de Ceferino “Quiero ser útil para mi pueblo”, con la que explicó a su padre por qué deseaba hacerse sacerdote.

El documento de Aparecida nos recuerda que para los cristianos procurar ser útiles constituye una obligación ineludible y que subsisten en América Latina muchas situaciones injustas frente a las que sería urgente comprometerse.



Además...

-Otros cuatro policías, tres huancaínos y un limeño, fueron asesinados por individuos armados vinculados al narcotráfico, esta vez en Tayacaja (Huancavelica).

-Gracias a la denuncia de los vecinos, el Ministerio de Trabajo paralizó una construcción en Lince por los riesgos que enfrentaban los trabajadores, sin casco, arneses o puntos de apoyo adecuados. Ese mismo día, un accidente de trabajo generó la muerte de un trabajador en un grifo de Villa María del Triunfo

-Mientras los damnificados por el terremoto del 15 de agosto han cumplido tres meses en el abandono, el gobierno decidió enviar un avión lleno de ayuda humanitaria a Chile frente a un sismo mucho más leve.

-Agradecemos a todas las personas que vienen firmando la petición de inconstitucionalidad de los Decretos Legislativos 982, 983, 988 y 989. Ya saben que quienes deseen planillones pueden escribir a raquel@aprodeh.org.pe o a dianarebaza@hotmail.com.

-En el departamento de Ucayali, subsisten grupos de indígenas cacataibos en aislamiento que vienen siendo amenazados por grupos de madereros, a pesar de lo cual, todavía no se establece la zona reservada según establece la Ley 28736. Es más, en esa área se ha otorgado una concesión petrolera y la exploración sísmica puede generar daños gravísimos a los indígenas no contactados.

-Este sábado 24, McDonald’s ha anunciado que donará lo recaudado por diversos productos a la Asociación de Ayuda al Niño Quemado ANIQUEM. Quienes deseen colaborar con los niños, sin consumir los productos de McDonald’s, pueden llamar a la misma asociación al 330-6583 o hacer sus donaciones en el Banco Continental, cuenta de ahorros en soles, 138-0200081103.

-Este domingo 25 a la 1pm habrá otra manifestación pacífica contra las corridas de toros. En Lima, el punto de concentración es la Plaza San Martín y se llevarán a cabo actividades similares en Arequipa, Cusco, Huancayo, Ica, Juliaca, Piura, Puno y Tacna. Esperemos que la policía no reaccione violentamente como hace algunas semanas en que los gases lacrimógenos afectaron hasta a los concurrentes a la Plaza de Acho y los toreros.

martes, noviembre 13, 2007

Reflexiones Peruanas Nº 172: Un desborde de Abelardo Sánchez León

En medio de los aplausos, los danzantes de tijeras se retiran del escenario, mientras continúa la venta de tradicionales wawas, los panes en forma de bebé provenientes de Ayacucho, Pasco, Cusco y otros lugares. Un grupo de bailarines de huaylas sube al estrado y, entretanto, yo no puedo evitar pensar que hace algunas décadas esta celebración hubiera sido impensable en una plaza limeña, con mayor razón en la Plaza de Armas de Surco.

Ese mismo Día de Todos los Santos, el escritor Abelardo Sánchez León vivía una experiencia distinta que lo motivó a escribir “Los hijos del desborde popular”, un artículo impregnado de discutibles apreciaciones desde las primeras líneas, cuando Sánchez califica a sus contrincantes como “infiltrados”. Al parecer, para acudir a determinados establecimientos no es importante sólo la capacidad económica, sino la pertenencia a una clase social tradicional.

Quizás, efectivamente, el autor fue insultado, pero he conocido varios conflictos donde una de las partes se siente agredida por la sola presencia de personas diferentes a él en un lugar (restaurante, supermercado, café, playa o iglesia) que consideraba “exclusivo”. En ese contexto, un empujón involuntario, una sonrisa o una mirada se convierten en una falta de respeto inaceptable frente a la que se reacciona con altivez. El supuesto agresor siente que no cabe disculparse con un individuo arrogancia. Ambas partes se sienten afrentadas y en ambas afloran concepciones de orgullo, honor y dignidad herida. Se pasa a las palabras hirientes, a los insultos racistas (cholos y pitucos) y a veces a la violencia física.

Lo sorprendente es que Sánchez parta de su penosa experiencia para generalizar una descalificación respecto a un amplio sector de la sociedad, que parece constituir una amenaza para el Perú. Inclusive la palabra desborde aludiría a alguien que no está en su lugar, como si tuviera nostalgia de la sociedad estamental de hace unas décadas.

No es la primera persona que critica la “conducta envalentonada” de algunos peruanos cuyos padres quizás no molestaban mucho porque eran sumisos y conocían su lugar. Sin embargo, la peor carácterística que describe es la “ira que todo miembro del desborde lleva dentro”, llevándoles, inclusive, a convertirse en sicarios. Me recuerda al propietario de un local racista, que justificaba su conducta diciendo: “Yo simplemente no los dejo entrar, pero si voy a una discoteca del Cono Norte seguro me matan a mí y violan a mi enamorada”. La semana pasada, un abogado me comentó en clase, con absoluta convicción: “En los conos se flagela y entierra vivos a los delincuentes”. Cuando escucho estas frases, recuerdo los cierrapuertas de Huaraz, que según mi abuelita, se producían cada vez que existía el rumor que los indios se habían sublevado.

Resulta extraño que Sánchez considere que los “nuevos dueños del Perú” son los explotados choferes de combi y los vendedores de Gamarra, que concluyen cada noche una jornada laboral de 14 o 16 horas. Más extraño aún es considerar que la migración al exterior no se debe a la pobreza, el neoliberalismo o la falta de oportunidades, sino a una necesidad de violar leyes a costa de los demás.

Lejos de condenar la xenofobia, se describe a los migrantes peruanos como “los más odiosos del continente” y se justifica que “la cara peruana” (sic) sea detestada. Un documental muy criticado en el mismo Chile sirve de fundamento para aseverar que los chilenos no tienen por qué soportar gente que “no soportamos acá”, a quienes llama “chauchilla”.

El uso frecuente de la primera persona plural no es tan desconcertante, porque otras personas comparten su percepción fatalista ante el quiebre de las barreras estamentales. Por eso han surgido “refugios étnicos” como las playas de Asia, donde se puede pretender que el resto del país no existe. Una amiga mía me confesó que su hijo le había pedido que lo retirara de la Universidad Católica... porque “había mucha gente de los conos”.

El artículo de Sánchez parece coincidir también con el que publicó Alan García hace algunas semanas, responsabilizando del atraso del Perú al egoísmo de campesinos y nativos calificados de “perros del hortelano”. Habría que pensar mas bien en las consecuencias de los niveles de viveza, abuso, improvisación y egoísmo en las élites y su incapacidad para promover el desarrollo de la sociedad.

Curiosamente, yo cada vez percibo que, a pesar de las diferencias raciales o del lugar de origen, cada vez los limeños nos parecemos más entre nosotros, en lo bueno y en lo malo, desde lo que comemos hasta donde compramos. En todos los sectores sociales se emplean expresiones como “tía” o “viejo”, que desencadenó el altercado en el restaurante, aunque eso sí, “señorón”, creo que nadie lo dice.

Quizás sería aconsejable que el próximo del Día de Todos los Santos, Abelardo Sánchez León se dé una vuelta por la fiesta del T’ant’a Wawa en la plaza de Surco. Acaso, en lugar de frustración, pueda sentir esperanza... y aunque en la fiesta también se vende bastante vino, no tendrá que armarse de una silla para defenderse.


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LOS HIJOS DEL DESBORDE POPULAR

Abelardo Sánchez León

El Día de Todos los Santos fuimos a almorzar a un restaurante miraflorino. Ese día se había infiltrado el desborde popular, sin Matos Mar, por cierto, que bebía desde hacía rato en una mesa céntrica. Ignoro las razones que explican la ‘cabeza de pollo’ del desborde popular. Se emborrachan con simples chelas. Ya me quisiera imaginar cómo se comportarían con trago corto. Pero las chelas les saca a flote una bronca impresionante, una ira que todo miembro del desborde lleva dentro. Las versiones del desborde son el achorado, el informal de Gamarra, el comerciante de Mesa Redonda, el chofer de combi, el hincha de las tribunas populares. También puede ser el sicario de los narcoterroristas. Incluso, desde una perspectiva más generosa, podemos considerar a los ‘otorongos’ del 30%.

Son los nuevos dueños del Perú –qué diría Carlos Malpica- y todo aquel que se les acerque al frente será tildado de “tía”, “señorón” o “viejo”, como me llamaron a mí. No entraré en detalles de la bronca en el restaurante (pura lisura, por cierto, pero acabé, para que se hagan una idea, defendiéndome con una silla al más puro estilo del Lejano Oeste (sic).

El desborde popular se ha convertido en mancha que va a todos lados; incluso, se ha trasladado a Chile y Argentina. En un reciente documental chileno, podemos constatar que no le tienen mucha simpatía a este tipo de inmigrante que, felizmente, no es el único. La conducta envalentonada, sin reglas mínimas de convivencia, los convierte en los más odiosos del continente. En Chile los detestan. ¿Y aquí? ¿Imagínense si el Perú se gobernara al estlo egoísta de Mesa Redonda donde la vida no vale nada? ¿Si los dueños de los buses-camión fueran los responsables del transporte? Más allá de los nacionalismos, si no los soportamos acá, por qué lo van a hacer en Santiago.

Argentina se ha convertido en el nuevo destino del tráfico de drogas. Es toda una red que propicia una nueva cara peruana en tierra gaucha. Una cara que no es detestada solmente por mear o comer en la calle, por vivir en la bullanga, sino por su vínculo con la delincuencia. Los pabellones de Lurigancho se parecen cada vez más a la Trinchera Norte y al Comando Sur (o viceversa) y estos a los choferes de las combis.

Pero no todo es negro, felizmente, en lo que respecta a los peruanos en el extranjero. Las autoridades francesas han anunciado que buscarán entre los técnicos peruanos al tipo de inmigrante deseado. Les abrirán las puertas a los genios, que los hay, a los esforzados estudiantes, tal como lo hace ya los canadienses y los australianos. Y a nosotros nos dejarán la chauchilla. Y nadie sabrá para quién trabaja.

(El Comercio, 7.11.2007)



Además...

-Kichasunchis Qosqopi, no es una nueva ONG ni un movimiento indianista, sino el aviso de la sucursal de Bembos en el Cusco (“Abrimos en el Cusco”).

-Hablando del Cusco, la Municipalidad viene convirtiendo en peatonales varias calles del Centro Histórico, así como ensanchando veredas para hacer más agradable caminar por la ciudad. A partir del próximo jueves 15, se buscará también convertir en peatonal el centro histórico de Arequipa.

-Hablando de Arequipa, la garita del Ministerio de Transportes en Uchumayo fue incendiada por belicosos transportistas, en protesta contra el operativo Tolerancia Cero.

-Pese al rechazo de la familia, crecen los rumores que atribuyen la muerte del Teniente Héctor Zegarra como un ajuste de cuentas entre narcotraficantes. Al parecer, a eso se habría debido la ausencia del Presidente y el Ministro del Interior en los funerales del oficial (RP 171).

-Persiste el conflicto entre los campesinos de Seclla y la compañía minera Pampamali, generando la muerte del comunero Daniel Bonzano, al parecer debido a los disparos efectuados por personal de la empresa. Los habitantes de Angaraes (HVCA) han expresado su solidaridad con los habitantes de Seclla.

-Edwin Gastelo falleció durante los enfrentamientos ocurridos en Chimbote entre hinchas de Universitario y Alianza Lima. En Italia, hace unos años, un incidente similar generó la suspensión de todos los partidos del campeonato nacional. Acá, ni los clubes ni las autoridades parecen asumir su responsabilidad en prevenir y sancionar estas desgracias.

-Quienes deseen firmar para apoyar la demanda de inconstitucionalidad de los Decretos Legislativos 982, 983, 988 y 989, pueden escribir a raquel@aprodeh.org.pe o a dianarebaza@hotmail.com. También pueden participar en el recojo de firmas.

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lunes, noviembre 05, 2007

Reflexiones Peruanas Nº 171: Conciencia y Coacción



Un incendio en el jirón Puno destruye dos galerías, tan inseguras y atestadas como aquellas donde en el 2001 quinientos personas perecieron calcinadas. Un yate se hunde durante un paseo nocturno y fallece una joven egresada de la Universidad del Pacífico. Dos escolares cusqueños mueren al desbarrancarse el vehículo en el que realizaban su viaje de promoción a Macchu Picchu.

¿Por qué son tan frecuentes estos trágicos accidentes? ¿Se ensaña el destino contra nuestro país? En realidad, los llamados accidentes no son generados por el azar, sino por una confluencia de factores de responsabilidad humana. Al desproporcionado ánimo de lucro de algunas personas, se suma la falta de conciencia en la población sobre su propia seguridad y la débil coacción por parte del Estado. En esas circunstancias, lo único sorprendente es que estas tragedias no sean más frecuentes.

En las sociedades donde los accidentes son escasos, los ciudadanos asumen que la vida cotidiana implica riesgos y hacen lo posible por minimizarlos. Determinadas conductas, como manejar o ingerir licor, y determinadas circunstancias, como criar hijos pequeños, incrementan los posibles peligros e implican mayores medidas de precaución.

Precisamente el temor a los accidentes los hace improbables: a muy pocas personas se les ocurriría llevar a un niño en el asiento delantero de un vehículo, trabajar en un local sin extinguidor o caminar por la pista. Sólo una minoría díscola no ha internalizado que las normas de seguridad son necesarias y requiere la intervención de la policía o un inspector municipal.

Entre nosotros, en cambio, la conciencia sobre la seguridad en la vida cotidiana es muy incipiente. Todos los días, miles de peruanos se exponen a accidentes mortales abordando Ticos, prohibidos en los demás países. Lugares como Gamarra, Mesa Redonda o el Hueco están atestados de compradores que desafían cualquier medida de prudencia. Empresas como Clear Channel y Punto Visual colocan carteles en las bermas de las avenidas bloqueando la visibilidad a peatones y automovilistas... y a veces muestran publicidad municipal.

Las personas de sectores acomodados también exponen su vida innecesariamente, como prueban los numerosos accidentes que se producen cada verano en la Panamericana Sur. La salida del Cineplanet Alcázar, uno de los más caros de Lima, suele estar obstaculizada por un automóvil exhibido como publicidad. “Le hemos dicho al administrador que es peligroso, pero usted sabe que la plata es más importante”, dice uno de los trabajadores.

Con frecuencia, la imprevisión convierte en trágico un acontecimiento feliz, llámese bautizo, matrimonio o viaje de promoción. Al respecto, en algunos departamentos tantos paseos escolares terminan con botes volcados, niños ahogados y buses destruidos, que en otro país el Ministro de Educación se vería forzado a renunciar. En el Perú, sin embargo, se sigue pensando que se trata de un destino cruel frente al que los seres humanos poco podemos hacer.

Precisamente, a veces se prefiere distorsionar principios religiosos, antes que asumir medidas elementales de precaución. Conocí hace poco un taxista evangélico que se jactaba que no necesitaba cinturón de seguridad, porque Dios lo cuidaba, así como existen propietarios de galerías que prefieren gastar en bandas de música para homenajear al Señor de los Milagros que invertir en extinguidores.

Donde la coacción estatal se muestra más débil, las consecuencias son fatales: este año, las cifras de muertos en el sur del país por accidentes de carretera son más elevadas debido a la resistencia contra el operativo Tolerancia Cero. Inclusive algunos propietarios de buses camión han pretendido atentar contra los inspectores del Ministerio de Transportes.

Lo más común, sin embargo, es que el propio Estado prefiere reducir su rol: la reciente Ley 29090 flexibiliza la construcción de viviendas, prohibiendo los controles que podrían evitar una destrucción como la que originó el último terremoto. La Municipalidad de Lima prefiere gastar 12 millones de dólares en las fuentes del Parque de la Reserva, antes que invertir en adecuar las zonas de la ciudad más vulnerables a sismos o incendios.

La pasividad de las autoridades hace resaltar que algunas empresas privadas se muestran más conscientes de su rol en crear una cultura de prevención, como la actual administración de Backus que busca evitar el consumo excesivo de alcohol. Igualmente, varias empresas mineras transnacionales han reducido los accidentes de trabajo no por intervención del Ministerio de Trabajo u Osinergmin, sino en aplicación de sus propios códigos de conducta internacionales.

En este contexto sería un error percibir el incendio de la semana pasada como una situación particular que ocurrió en el jirón Puno. Se trata de una advertencia para las autoridades y para todos los que vivimos en el Perú. No puedo decir si aquellas lograrán comprender su rol, pero todos los demás sí podemos aprender a protegernos y proteger a las personas que más queremos.


Además...

-Durante varias semanas, el oficial Héctor Zegarra advirtió que la comisaría de Ocobamba en Apurímac corría peligro de ser atacada por narcoterroristas, pero en el Ministerio del Interior y en la Policía Nacional sólo lo tomaron en serio luego que el condenable ataque se produjo y Zegarra murió asesinado. Llamó la atención la ausencia del Presidente y otras autoridades en sus funerales.

-En la primera corrida de toros de la temporada, una manifestación antitaurina pacífica fue brutalmente reprimida por la policía, sin ningún fundamento. Siete manifestantes, entre ellos dos menores de edad, fueron detenidos y sólo fueron liberados al día siguiente debido a un Habeas Corpus. Los gases lacrimógenos arrojados contra los manifestantes afectaron hasta a los concurrentes y los toreros.



Llanto en Acho, pero no por los toros. Fotografía de Agencia Andina

-Siguen los reclamos de los vecinos de Santa Beatriz y Jesús María por la clausura del Parque de la Reserva y los parques vecinos, a los cuales sólo se puede ingresar durante algunas noches a la semana, previo pago.

-Los funcionarios públicos, integrantes de ONGs, activistas de derechos humanos interesados en cómo enfrentar la discriminación desde el Estado, pueden participar en el Seminario Políticas Públicas y Racismo, que se llevará a cabo los días 29 y 30 de noviembre en el Hotel Maury. El costo es gratuito y las vacantes son limitadas. Para inscripciones pueden escribir a María del Mar Pérez (marperez@dhperu.org).

-Pese al grave daño que genera la paralización de la administración de justicia, las universidades y colegios nacionales y los hospitales públicos durante los feriados que dispone este gobierno, la Ministra de Comercio Exterior y Turismo ha anunciado que también serán obligatorios para el sector privado. Probablemente ignora que la mayoría de peruanos carece de dinero para hacer turismo.

-Comienza mañana la huelga de los trabajadores de varias importantes empresas mineras y el jueves 8 hay un paro nacional convocado por la CGTP. Quienes deben viajar por el Perú tomen sus precauciones.

-Lamentamos la convocatoria de empleo de la empresa Topytop, que vulnera abiertamente las normas contra la discriminación al solicitar “excelente presencia” y “fotografía reciente” para sus vendedores. Se expone a severas sanciones.

Reflexiones Peruanas Nº 171: Imágenes Huamanguinas

En el patio del antiguo seminario conciliar, ahora hay restaurantes y cafés equipados con sombrillas para los comensales que deseen guarecerse del resplandeciente sol ayacuchano. Por las noches, grupos de estudiantes suelen ensayar danzas andinas, para alguna presentación pública y en los claustros del segundo piso se realizan conferencias y presentaciones de libros.
Uno de los principales atractivos de Huamanga son las numerosas edificaciones coloniales, desde el Banco de la Nación hasta el Hotel Santa Rosa, que también cuenta con un acogedor patio para desayunar chaplas o almorzar bajo las sombrillas. Para actividades culturales puede acudirse a la Casona de la Higuera en la Plaza de Armas y a la casona Velarde Alvarez, sede en estos días de un Festival de Cine Europeo. Al lado de ésta, en la mansión donde ahora funciona el Banco de Crédito, se exhibe una valiosa colección de retablos, cruces y otras manifestaciones de arte ayacuchano.

A diferencia de otras ciudades andinas, bastante incómodas y hasta peligrosas para los transeúntes, en Huamanga es mucho más agradable caminar, porque las veredas de las calles principales han sido ensanchadas.


Es placentero además recorrer las calles peatonales, donde por la tarde se mezclan mujeres ataviadas a la tradicional usanza huamanguina, secretarias en uniforme y hasta algún grupo de mariachis enrumbando hacia el evento donde han sido contratados.


La presencia, cada vez más habitual, de cooperantes extranjeros, no ha alterado la fisonomía de la ciudad ni ha generado una invasión de letreros anunciando free drink o dishes to the letter. Otras influencias foráneas mas bien han sido adaptadas al gusto local, como dejar de trabajar a las diez de la mañana para acudir a una cebichería.

-Parece el Cusco de los años setenta-, me comenta con nostalgia un amigo originario de esa ciudad, contemplando la animada vida en los portales de la Plaza de Armas.

Hace unas semanas, mi visita coincidió con un festival de danzas que congregó delegaciones de todo el departamento. Un grupo de escolares de la selva ayacuchana, vestidos y pintados como supuestos asháninkas, llegaron a la plaza bailando y gritando el nombre de su colegio, mientras pisaban la placa de bronce conmemorativa que mandó colocar la Comisión de la Verdad sobre una de las veredas. Nadie les llamó la atención. Al fin y al cabo, muchos huamanguinos caminan indiferentes encima de esa placa como simbolizando el desinterés por el doloroso pasado reciente.

En realidad, cada vez son más los ayacuchanos que no tienen nada que recordar: muchos niños y adolescentes jamás escucharon un coche bomba, nunca vivieron el toque de queda ni vieron cadáveres en la puerta de sus casas.

-El próximo año, ingresa a la universidad una generación que no sabe y no quiere saber nada de esos tiempos –me comenta un periodista, aunque la mayoría de adultos comparte también la vocación por el olvido.

A pesar de ello, es imposible negar las actuales consecuencias actuales del período de violencia: Huamanga creció muchísimo debido a la llegada de los desplazados y ahora uno puede tardarse más de una hora en recorrerla en combi. En lugares donde sólo había tunales han surgido barrios nuevos como Ñawimpuquio, donde funciona la nueva sede del Ministerio Público. Al lado de ésta se viene concluyendo un edificio de cinco pisos: el mayor laboratorio de antropología forense del país.


Mientras los obreros colocan las tradicionales tejas sobre el techo del edificio, un amigo fiscal me comenta:

-Hay miles de entierros clandestinos y poco a poco los sobrevivientes se están animando a denunciar.

Para los campesinos, naturalmente, no es fácil decidirse: son una población que por décadas sufrió la crueldad de los hacendados, para luego padecer los crímenes de los senderistas y los militares.

Además, detrás de la cordialidad de los huamanguinos se mantienen relaciones verticales y racistas.

-En los colegios particulares, los niños de apellido español todavía discriminan a sus compañeros con apellido autóctono - relata un abogado.

Ubicados en la base de la pirámide social, los campesinos no sólo enfrentan pobreza y discriminación, sino abierta explotación. Muchas familias huamanguinas reciben en su casa a una muchacha campesina para que realice tareas domésticas, pagándole apenas 100 soles mensuales o menos aún.

-Las empleadas mejor pagadas apenas se reciben 180 soles –me refieren mis colegas.

Nadie ha oído hablar de pago de gratificaciones a una trabajadora del hogar, no digamos los demás derechos laborales. En realidad, mencionar el sueldo mínimo de 530 soles resulta sarcasmo para la mayor parte de ayacuchanos... aún en la ciudad. En el campo, los peones o jornaleros reciben cinco soles o menos.

Si desean un verdadero desarrollo, los huamanguinos no deberían pensar solamente en conservar la belleza de su ciudad, sino promover mejor calidad de vida para los más vulnerables. Aunque no quieran recordarlo, después de lo que sucedió en esas tierras, esa debería ser una prioridad.




Además...

-Quienes, en cualquier lugar del Perú, tengan apoyo de una trabajadora del hogar no se olviden que este jueves 1º le corresponde descansar o deberán pagarle por el trabajo de ese día.

-Ese mismo día se celebra en el Parque Municipal de Surco el tradicional festival T’anta Wawa donde panaderos de todo el Perú exponen y venden panes tradicionales.

-Mientras la agresión a una joven ecuatoriana ha generado una firme reacción de las autoridades de su país, incluyendo el propio Presidente Correa, la Cancillería peruana se muestra bastante pasiva frente a los casos de xenofobia sufridos por peruanos en Barcelona y otros lugares.

-La Comisión de Energía y Minas del Congreso decidió archivar definitivamente el proyecto de ley 1640, que pretendía declarar de interés nacional veinte proyectos mineros, algunos de ellos sumamente cuestionados como Majaz y Miski Mayo. Sin embargo, aún no se debate el proyecto 1628, que permitiría destinar áreas agrícolas y urbanas para la actividad minera.

-Hablando de proyectos dudosos, el Presidente García pretende disponer un seguro obligatorio para posibles negligencias médicas. En realidad, este seguro debería ser asumido por los hospitales o clínicas, dado que las desgracias ocurren por fallas muy diversas. Lo más importante sería que el Estado invirtiera seriamente en salud, incluyendo los sueldos que se paga a médicos, enfermeras y técnicos.

-Varios inspectores del Ministerio de Transportes estuvieron a punto de morir por la violenta acción de los conductores de buses-camión en Tacna, que se resisten a sanciones y controles.

-Hablando de protestas violentas, los pobladores de Carmen Alto en Ayacucho golpearon brutalmente a los encuestadores del censo de la semana pasada, como si tuvieran alguna responsabilidad en los problemas de límites de ese distrito (RP 168).

- Según ha denunciado el Presidente Regional de Ancash, César Alvarez, el reciente atentado en su contra habría sido originado por personas ligadas al partido de gobierno.

-El restaurante Vivaldino, en Larcomar, puede hacerse acreedor de una severa sanción por publicar ofertas de empleo con criterios discriminatorios por edad y rasgos físicos.