Reflexiones Peruanas Nº 185 LA CAPITAL A LA DERIVA
Ha pasado casi desapercibida la noticia que, con motivo de las cumbres presidenciales a realizarse el presente año, serán eliminados alrededor de seis mil árboles que adornan la avenida Arequipa.
Este masivo arboricidio, justificado para ensanchar los carriles de la avenida, es otra muestra del errático manejo de la Municipalidad, tanto porque el Alcalde Castañeda tiene mucho más dinero del que sabe invertir, como porque la reacción predominante de los contribuyentes limeños ante los sucesivos desatinos es simple resignación.
Un ejemplo de cómo el despilfarro e improvisación municipales se unen a la pasividad vecinal ha ocurrido en el Parque de la Reserva. Durante más de ochenta años, desde su construcción en tiempos de Leguía, este parque y los aledaños eran uno de los principales espacios verdes de la ciudad. Ahora los jardines y bancas se encuentran vedados a los vecinos, salvo para quienes, cuatro noches a la semana, paguen para ver las fuentes que la Municipalidad ha construido a un costo de diez millones de dólares, como si en Lima no existieran muchas necesidades más urgentes.
Sería mezquino ignorar los logros del primer periodo de Castañeda, desde el Parque de la Muralla hasta los Hospitales de la Solidaridad. Sin embargo, en la segunda gestión la opción son las obras faraónicas e innecesarias. Mientras, hace unos años, los pasos a desnivel se construían sin alterar el paisaje urbano, como ocurrió con los que existen bajo la Plaza Dos de Mayo o el Ovalo Higuereta, ahora, en las avenidas Habich o Venezuela, aparecen construcciones gigantescas y costosas, cuya edificación toma varios años deteriorando sustantantivamente la vida de vecinos y transeúntes.
La muestra más gráfica de dilapidación de recursos se encuentra en las primeras cuadras del Paseo de la República, entre el Palacio de Justicia y el Hotel Sheraton. Cualquiera que viera el gigantesco foso pensaría que es una mina a tajo abierto o que al fin Lima va a contar con un metro. Sin embargo, todas esas toneladas de tierra han sido retiradas simplemente para edificar (en dos o tres años) un paradero de ómnibus, pomposamente denominado Estación Central.
Habría que recordar a la Municipalidad que, durante muchos años, los ómnibus de Enatru Perú que recorrían la Vía Expresa contaban con paraderos en diversos lugares del centro de Lima, sin que fuera necesaria ninguna absurda y costosa excavación.
Naturalmente, sería injusto, achacar la mentalidad faraónica solamente a Castañeda: varias obras similares fueron construidas hace algunos años en el Callao y también el actual Alcalde de San Isidro, Antonio Meier, pretende resolver las congestiones de tránsito construyendo nada menos que un túnel subterráneo bajo la Javier Prado, es decir, una especie de “metro” para vehículos particulares.
Alcaldes y funcionarios municipales deberían saber que las ciudades europeas existen muchos más vehículos que en Lima, pero si carecen de congestiones de transporte no es porque existan obras gigantescas para los automovilistas, sino porque éstos prefieren emplear el transporte público para dirigirse a sus centros de estudio o de trabajo. Un eficiente sistema de transporte masivo es la mejor forma de evitar las congestiones de tránsito y reducir la contaminación ambiental.
La semana pasada se produjo un ejemplo más de improvisación al suspenderse el proceso de las revisiones técnicas vehiculares, una función que la Municipalidad de Lima había asumido aunque correspondía al Ministerio de Transportes. El proceso estuvo empantanado por años debido a los conflictos entre las empresas concesionarias. Finalmente, con miles de vehículos revisados y habiéndose detectado serias irregularidades en muchas combis, el Alcalde ha decidido interrumpir abruptamente el proceso y muchos conductores se preguntan para qué tanto esfuerzo y dinero. En realidad, en esta segunda gestión de Castañeda, los ciudadanos parecen pasar a segundo plano.
En años recientes, los vecinos lograron detener a otros alcaldes obsesionados con el despilfarro y el cemento: en el año 2002, el alcalde interino de Miraflores, Germán Kruger debió desistir de su proyecto de edificar un centro comercial bajo el Parque Kennedy debido a las protestas de los vecinos. En Lince, gracias a la constancia de otro grupo de valerosos vecinos se logró salvar el Parque Castilla de un intento similar.
Si la población no reacciona a tiempo, la destrucción puede ser irreversible: hace unos años, con motivo de una reunión del BID que ya nadie recuerda, el entonces alcalde de San Isidro Jorge Salmón ordenó arrancar decenas de árboles de la avenida Pershing e instalar una horrenda escultura.
La tala de los árboles de la avenida Arequipa tendría entonces también un lamentable precedente. Podrán salvarse si los vecinos hacen llegar su voz a la Municipalidad de Lima y la conminan a que privilegie sus necesidades antes que los intereses de compañías constructoras. Ojalá eso suceda, porque todavía nos quedan varios años más con Castañeda en la Municipalidad.
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Además...
-Hablando de parques prohibidos para los vecinos, la Municipalidad de Jesús María ha anunciado que después de treinta años por fin se podrá ingresar al Parque de los Próceres. Al lado se ha instalado el parque temático Minimundo, que muestra Lima y otras ciudades en miniatura.
-Hablando de exposiciones, durante todo febrero se puede apreciar una hermosa selección de las esculturas y pinturas de Víctor Delfin en la sala de exposiciones y los jardines de la Municipalidad de Miraflores. Incluye alusiones a Amnistía Internacional, la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos y APRODEH.
-Siguiendo los reclamos de los vecinos, la Municipalidad de Barranco decidió clausurar un pretendido museo de arte contemporáneo edificado en lo que fue el Centro Cultural Beltroy. Aún no se sabe por qué algunos artistas participaron en la destrucción de un espacio que tanto querían los barranquinos.
-Mientras miles de cusqueños pararon en protesta por las Leyes 29164 y 29167 que privatizaría el patrimonio arqueológico, en la selva se avizoran similares protestas contra los intentos del gobierno de privatizar las tierras amazónicas.
-El Tribunal Constitucional admitió la demanda de una paciente con esquizofrenia y ordenó al Estado peruano brindarle tratamiento médico de por vida debido a su situación de extrema pobreza. Esta sentencia, que puedo hacer llegar a quien la requiera, continúa la línea jurisprudencial del caso Azanca Meza (RP 101) y puede permitir a muchos pacientes aquejados de diversas enfermedades acudir al Ministerio de Salud.
-Otro ómnibus de la empresa Cromotex se vio envuelto en un trágico accidente de carreteras en Arequipa, lo cual debería ameritar que esta empresa deje por fin de circular.
-El Perú ratificó la semana pasada la Convención sobre Derechos de las Personas con Discapacidad, pero las normas de adecuación arquitectónica no se cumplen en los edificios públicos de la mayoría de ciudades peruanas.
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