Reflexiones Peruanas Nº 184: "Porque eres débil, te aplasto"
En Europa y los Estados Unidos, existe el extendido estereotipo que los inmigrantes o los negros, respectivamente, son peligrosos o amenazantes. En el Perú, también están presentes esos prejuicios, especialmente hacia los varones, pero lo más frecuente es que el racismo se manifieste de manera opuesta: cuando los rasgos físicos de alguien permiten suponer que se trata de una persona más débil o frágil, otras personas creen que pueden maltratarla.
De esta manera, el cajero de un banco, el mozo de un restaurante o la recepcionista de una clínica pueden ser muy respetuosos con una persona blanca y tratar con desdén a un cliente de rasgos andinos o negros. Curiosamente, para muchos vigilantes, policías o integrantes del Serenazgo, estas actitudes implican maltratar a quienes tienen rasgos semejantes a ellos mismos.
Sin embargo, el maltrato al débil es más complejo que el mero racismo, pues se vincula a muchos otros factores: el lugar de origen o residencia, el nivel de educación o hasta el apellido. Un recién llegado asumirá que todos los cusqueños o ayacuchanos son iguales, ignorando el marcado desdén de los habitantes de la capital del departamento hacia los campesinos. Aún entre éstos, quienes viven en los valles menosprecian a los habitantes de las zonas altas, más pobres y de rasgos más indígenas. Muchos migrantes, despreciados por los limeños, a su vez explotan sin mayor remordimiento a niñas y adolescentes recién llegadas de la sierra.
En efecto, la discriminación termina convirtiéndose en una cadena: una secretaria puede aguantar el trato autoritario de sus jefes y al mismo tiempo humillar a un mensajero o a la señora que limpia la oficina. Muchos peruanos, en lugar de enfrentar los maltratos que sufren, prefieren buscar a otra persona en situación de mayor debilidad para someterla a un trato similar.
Todo este fenómeno demuestra en el fondo un fenómeno predominante de inseguridad: la única forma en la que uno puede sentirse conforme consigo mismo es asegurando su superioridad sobre otra persona. El psicólogo Jorge Bruce sostiene que en el Perú existe un extendido “narcisismo de las pequeñas diferencias”, por el cual se enfatizan detalles secundarios, para ostentar la diferencia frente a los demás.
En empresas privadas, instituciones públicas e inclusive en algunas ONG, este problema no sólo aparece en el trato al público, sino que hace innecesariamente difíciles las relaciones internas. “Cuando lo ascendieron, cambió completamente y comenzó a chotear a sus antiguos colegas”, me comentaba la asesora legal de un Ministerio. En honor a la verdad, debo decir que, en espacios laborales, no siempre el discriminado es de rasgos andinos: varios amigos extranjeros que trabajaron en el Perú me han comentado que, al no conducirse con la prepotencia atribuida a los blancos, eran considerados más débiles por sus compañeros de trabajo y sometidos a diversos maltratos. En todo caso, la legislación laboral peruana todavía no contempla el acoso moral (una práctica denominada en los Estados Unidos bullying, es decir matonería) que puede producirse en muchos centros de trabajo hacia los más débiles.
En realidad, la propensión a abusar de los débiles ha sido inclusive empleada para cometer delitos imposibles de consumar en otro contexto cultural: quienes practican el cuento de la lotería logran convencer a una persona para que participe en el engaño a un campesino ingenuo y analfabeto, que aparentemente tiene un billete de lotería premiado, pero no lo sabe. A cambio del billete, el incauto entrega con entusiasmo dinero, joyas u otros objetos de valor a su supuesta víctima... y después, difícilmente puede plantear una denuncia, porque él mismo tuvo la intención de cometer una estafa. Existen otras modalidades como el tumi de oro o el paquete de dólares.
En una sociedad donde se tiene esta percepción de la debilidad ajena se hace muy difícil establecer relaciones horizontales. Inclusive, en la vida cotidiana, muchos peruanos consideran que existen personas a quienes se puede tutear, pero que a uno lo deben tratar de usted. El problema se agrava, naturalmente, cuando dos personas se consideran facultadas para maltratar al otro. Por ejemplo, muchas trabajadoras del hogar se quejan que los empleados de Wong o Vivanda las tratan con desdén... pero algunos de ellos tienen una queja similar: “Se creen superiores a nosotros”.
Un funcionario de una dependencia tributaria recuerda: “Hace poco tuve que explicarle a un señor de la sierra, muy pobre, que su reclamo no tenía fundamento. Sin embargo, me agradeció tanto haberlo por escuchado y tratado bien, que yo me sentí incómodo, porque era sorprendente una conducta que debería ser normal”.
Romper la cadena de la discriminación, dejando de percibir la mayor debilidad de nuestros compatriotas como justificación para maltratarlos sería uno de los pasos fundamentales para hacer del Perú una sociedad más justa y humana... o, simplemente, una sociedad.
Además...
-Sobre los temas mencionados en la presente RP, hemos culminado el Manual para Enfrentar la Discriminación en la Administración Pública, que esperamos sea aprovechado por los funcionarios y servidores estatales. Agradecemos al Alcalde de Huamanga, el representante de la Defensoría del Pueblo y el Fiscal Decano de Ayacucho por su participación en la presentación del Manual.
-Hablando de la administración pública, felicitamos al Gobierno Regional del Cusco por la emisión de la Ordenanza 16-2007CR/GRC sobre Trabajadoras del Hogar Adolescentes, cuyo texto puedo hacer llegar a quien lo solicite. Incluye sanciones pecuniarias a los empleadores que cometan abusos.
-Miles de pescadores de Zorritos, Cascas y Cabo Blanco se encuentran seriamente afectados por el reciente derrame de petróleo. Como suele ocurrir en el Perú, ninguno de los responsables indemniza a las víctimas de este nuevo desastre ambiental.
-Hace unos meses, el gobierno se encogió de hombros cuando la empresa Soyuz elevó sus pasajes aprovechando la desesperación de las víctimas del terremoto, diciendo que se trataba de la economía de mercado. Ahora reacciona indignado porque algunos hoteles elevan diversas tarifas para las delegaciones extranjeras.
-La demanda presentada en La Haya por el diferendo relativo al mar será masivamente difundida en cuadernos y textos escolares. A nuestro modesto entender, difundir las reglas de tránsito, los derechos del niño, las normas contra la violencia familiar o la protección del medio ambiente sería mucho más importante.
-Los Colegios de Ingenieros y Arquitectos presentarán una demanda de inconstitucionalidad de la polémica Ley 29090 que flexibiliza los trámites para licencias de construcción de viviendas.
Etiquetas: Racismo discriminación ciudadanía
1 Comments:
Mejor explicado, imposible. Aunque yo la sienta como una cadena que es muy dificil de romper, creo que tratar con desdén al que es más débil que uno es mil veces mas doloroso como problema social que "los chilenos se apoderan de Wong", etc. Nos debería preocupar la resignación de que esto es parte del día a día.
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