miércoles, abril 30, 2008

Reflexiones Peruanas Nº 196: La chicha de jora y el cobrador

Hace unos años, me encontraba en un ómnibus en Granada, cuando una anciana se levantó de su asiento y caminó hacia la puerta posterior. El vehículo se detuvo un momento en el paradero, pero luego siguió su camino.

-Señor, ¿por qué no ha abierto en la parada? –preguntó alarmada la anciana.

-¡Usted no tocó el timbre, señora! –respondió el joven chofer, de terno y corbata color guinda.

-¿Pero no me vio...? Siempre abren...

-¡Déjeme conducir y no me eche la bronca! –gritó el chofer, con esa tosquedad que tienen algunos españoles y deja perplejos a los latinoamericanos.

El ómnibus se detuvo en dos semáforos en rojo, pero el chofer no accionó la puerta hasta el siguiente paradero, unas diez cuadras después. Resignada, la mujer bajó en silencio, sin que ningún pasajero le expresara la menor solidaridad.

En Lima, claro, este incidente jamás hubiera ocurrido, porque el cobrador siempre le indica al chofer donde baja el pasajero y, en el peor de los casos, el chofer no tiene mayor problema en abrir la puerta a la esquina siguiente.

Me encuentro entre quienes anhelan que Lima cuente con un sistema de transporte masivo ordenado, con paraderos y horarios fijos y rutas especiales para avanzar más r. Sin embargo, esto no quiere decir que un pasajero pueda esperar un trato cordial.

Alguna vez, estuve en un ómnibus en San Francisco, tan atestado que los pasajeros comenzaron a protestar:

-Señora (esta vez manejaba una mujer gorda y negra), ¡no haga subir más gente! ¡No hay más sitio!

-¡Si no hay sitio, entonces bájese! –exclamó la conductora - ¡Así habrá más sitio!

Recuerdo también, en la ciudad inglesa donde me tocó vivir un año, a un corpulento chofer, con el rostro sonrosado y expresión agresiva, que se plantó en medio del pasadizo del ómnibus y comenzó a gritar:

-¡A ver todos ustedes! ¡Hay más sitio atrás! ¡Avancen! ¡Avancen he dicho!

Ante esta versión mucho más brutal del “Al fondo hay sitio” peruano, los pasajeros, casi todos ancianitos aferrando sus bolsas del supermercado, se apiñaron sobrecogidos. En cuanto a mí, también apiñado y sobrecogido, pensaba que nadie en Lima me creería lo que había visto.

Hace ya quince años que Fujimori disolvió la empresa nacional de transporte y dejó a Lima a merced de las combis, cuyos ingresos derivan de cuántos pasajeros logran hacer subir. Pero si cada día millones de personas logran llegar a su destino, se debe a que el precario y caótico sistema reposa en un individuo inexistente en otros países: el cobrador.

De hecho, en medio del tráfico limeño, pocos choferes podrían cobrar y manejar a la vez. Además, el cobrador hace cosas que jamás se ven en un ómnibus en Europa o Estados Unidos: ayuda a un anciano, acomoda las bolsas del mercado de una señora, carga a un niño pequeño o exige que cedan el asiento a una mujer embarazada.

-¡Cuántas veces tuve que estar parada en el metro cargando a mi hijito! –recuerda una abogada peruana que acaba de regresar de Londres -. Allí no hay nadie que obligue a ceder el asiento reservado.

Resulta curioso que, a pesar de ello, tantos limeños consideran a los cobradores insolentes o malcriados.

-Me he perdido en muchas partes, pero nunca en Lima –me dice una socióloga que vive en París -. Una le dice al cobrador dónde quiere bajarse y él siempre le avisa: “¡Mercado de Jesús María! ¿Quién baja?”

No sé cómo un cobrador de combi logra recordar esos detalles, mientras enfrenta el caótico tráfico y el menosprecio de los pasajeros.

Sin embargo, también me doy cuenta que a veces saben encontrar pequeñas alegrías en un trabajo tan duro. Un domingo por la noche, hace pocas semanas, estaba en un ómnibus cerca del Hospital Rebagliati, cuando vi al cobrador bajarse y correr. Pensé que se dirigía al reloj tarjetero para controlar la frecuencia, pero luego me percaté que, en una feria artesanal, había comprado una botella de chicha de jora y regresaba sonriendo con su preciada carga.

Cuando, unas treinta cuadras después, avancé hasta la puerta delantera para bajar, vi que la botella estaba medio vacía. Habían bebido el cobrador, el chofer y un amigo suyo.

-Les gustó la chicha, ¿no? –comenté, como si los conociera desde hace mucho tiempo.

-¡Está buenaza! Sírvase –me dijeron y sacaron un vaso de plástico.

Estaba realmente estaba muy rica. A nadie más habían invitado, porque nadie más hablaba con ellos.

No sé si veré el día en que un sistema de transporte público llevará a que desaparezca el oficio de cobrador. Si eso sucede, espero recordar a los hombres y mujeres que lograban salir adelante en una labor tan deshumanizante... así como el vaso de chicha que alguna vez me invitaron, solamente por haberlos tratado como personas.

Además...

-Primero fue Javier Jahncke. Luego fue Ernesto De La Jara. Ahora es Francisco Soberón. La estrategia del sector autoritario es focalizar sus demoledores operativos psicosociales, de manera que los demás no se sientan afectados. Sin embargo, el silencio de la sociedad civil sólo puede generar mayor debilidad.


-Sólo para aclarar, es falso que APRODEH haya señalado que el MRTA no sea un grupo terrorista o que lo haya respaldado de alguna manera. Sólo indicó que lo considera una organización desactivada. Por la misma razón, tampoco el Departamento de Estado de los Estados Unidos tiene al MRTA dentro de su listado de grupos terroristas (Puede verse un buen análisis de lo ocurrido por parte de César Hildebrandt: http://diariolaprimeraperu.com/online/noticia1.php?IDnoticia=15039&EF=2008/04/26&EN=1123)

-A pesar de mi condición de peatón, expreso mi solidaridad con todos los conductores limeños, engañados por las revisiones técnicas, conminados a pagar por nuevas placas de rodaje y atormentados por las “obras” que realiza la errática Municipalidad. Al menos, provisionalmente, debería permitirse el acceso por la parte central de la Vía Expresa, pero esto implicaría pensar en los ciudadanos.

-La muerte del señor Ubilde Suárez en pleno proceso judicial, evidenció las consecuencias del infame accionar de la ONP. Ni Paniagua, ni Toledo ni hasta el momento García han hecho nada por reformar una entidad con la clara intención de impedir que las personas mayores puedan disfrutar lo que les corresponde.

-Una policía en Chiclayo fue suspendida cuatro días por usar lápiz labial. Llama la atención la severidad manifestada frente a un detalle secundario, mientras campea la corrupción en la Policía de Carreteras, de manera cotidiana e impune.

-Nos solidarizamos con la emisora de Iquitos La Voz de la Selva, que viene sufriendo diversas amenazas, aparentemente por haber revelado situaciones de corrupción dentro del Gobierno Regional.

-El libro de Jorge Bruce Nos Habíamos Choleado Tanto, que se encuentra ya en su quinta edición, puede conseguirse en las Librerías Crisol con el 20% de descuento (hasta el 30 de abril).

-Hablando de libros, en relación al cierre de la Biblioteca Nacional debido a las cumbres, queremos aclarar que sigue funcionando el local de la avenida Abancay. Los investigadores interesados en algún material, pueden llamar a la Dirección de Servicios Bibliotecarios Especializados es: 513-6900 anexos 7362 o 7370.

PRONUNCIAMIENTO DE LA IGLESIA METODISTA DEL PERÚ DISTRITO SIERRA Y SELVA

¡UNA HERMANA INJUSTAMENTE ENCARCELADA!

Ante la detención policial de Carmen Azparrent Rivera de Zarate, junto a un grupo de personas participantes en un evento internacional en Quito- Ecuador, la iglesia Metodista del Distrito Sierra y Selva representado por sus Juntas; Junta Distrital de Ministerio y Junta Distrital, hacen el siguiente pronunciamiento:

  1. Carmen Azparrent Rivera de Zarate es miembro de la Iglesia Metodista de Huancayo y según el testimonio de su pastor, el Rev. José Bustamante Zevallos no ha dado ninguna muestra de actitudes en su comportamiento que la indiquen como vinculada al movimiento terrorista o alguna propuesta armada.

  1. Su detención según su testimonio se produjo en circunstancias casuales y sin ningún vínculo con ese tipo de actividades.

  1. Dicha detención ha ocasionado graves perjuicios de índole psicológica, económica, y bienestar familiar, sobre todo en la salud física, pues actualmente padece de lupus enfermedad en la piel, y últimamente fuertes dolores en uno de sus senos causados mayormente por la tensión y stress que vive actualmente.

  1. A causa de su reclusión en el penal de Chorrillos su salud se ha deteriorado, generando seria preocupación en su hogar y desestabilización en el desempeño de las actividades de su esposo e hijos, todos ellos en Huancayo.

  1. Como instancias inmediatas de la Iglesia Metodista del Perú- Distrito Sierra y Selva nos hacemos presentes para manifestar estos excesos de abuso y atropello por la vida, la salud, la justicia a favor de la mencionada hermana en la fe, considerando que no hay motivos ni pruebas suficientes que condenan a una participación democrática y sin violencia, para que nuestra hermana en Cristo Carmen Azparrent permanezca injustamente en reclusión sin pruebas fehacientes en lo que ha sido acusada: Colaboración con el terrorismo en la modalidad de cómplice. Se ha apelado al mandato de detención.

En CONCLUSIÓN; apelando a los Derechos Humanos a la vida de toda persona y a la justicia en que merece ser tratada, solicitamos la pronta restitución a su libertad, que todos como personas merecemos. Invocamos a Paz y Esperanza, APRODEH, CONEP y otras instituciones cristianas puedan apoyar su caso con acompañamiento pastoral y social.

Nosotros desde aquí estaremos con ella, orando por justicia. Dios fortalezca a nuestra hermana Carmen y acompañe a su esposo e hijos.

Huancayo, 11 de abril del 2008

Rev. Edilberto Huamaní H. Rev. Roger Rivas C. PSA.Teodoro Uribe S.

Superintendente Sec. de Actas de la JDM Sec. de actas JD.

1 Comments:

At 8:58 p. m., Anonymous Anónimo said...

Doctor, de casualidad leí su artículo sobre los cobradores de combi y creo que un punto que es trascendental es el cobro del pasaje. A mi parecer el 100% deseamos pagar un pasaje justo, 1.20 soles en la mayoria de los casos, pero hay otras personas que se pasan de vivas y se aprovechan de su condición de mujeres o de ancianos para pagar el pasaje que a ellos se les da la gana, sin que el cobrador pueda hacer algo al respecto. Creo que como usuarios debemos ser coherentes con lo que queremos, si queremos que se nos cobre un pasje justo empecemos por pagar lo que es justo. Si el tarifario indica 1.50, hagamos un esfuerzo y paguemos el 1.50 y no nos escudemos en nuestra apariencia física para desairar a nuestro "amigo" el cobrador.

 

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