martes, mayo 22, 2007

Reflexiones Peruanas 147: La Música de la Boda

-Para la fiesta quiero que pongan las salsas de moda en Lima –me dijo un amigo que había regresado después de varios años en Holanda y estaba organizando su boda.

-Mas bien tendrás que poner tecnocumbia –le dije.

-¿Estás loco? ¡Esa es música fujimontesinista!

Yo le expliqué que, si el régimen autoritario había manipulado dicha música, era precisamente porque a la gente le gustaba.

En realidad, yo descubrí la cumbia peruana mucho antes del gobierno de Fujimori, gracias a unos amigos piuranos y chimbotanos a quienes les gustaba cantar y tocar guitarra, pero la conocí mejor cuando, a partir de 1988, comencé a viajar por la selva. Me llamaba la atención la cantidad de motivos que encontraban los habitantes de Iquitos, Yurimaguas o Puerto Maldonado para celebrar y que las fiestas, aún en las casas, eran muchas veces con un conjunto musical en vivo.

De hecho, las agrupaciones más reconocidas viajaban por las distintas ciudades para los aniversarios de colegios e institutos pedagógicos, las fiestas patronales y eran especialmente esperados para las abrumadoras celebraciones de San Juan, donde inclusive se cerraban varias calles para bailar. Todos se divertían en esas fiestas, hasta los más pobres, para quienes bailar era un momento de liberación, de dejar atrás los problemas cotidianos y obtener fuerzas para volver a enfrentarlos.

Años después, cuando esa música llegó a Lima, y logró vencer los prejuicios de las clases medias y altas, me gustaba mucho que, por algún tiempo, peruanos muy distintos tuviéramos los mismos gustos musicales y se bailara música en castellano y compuesta por peruanos, lo cual era inconcebible diez años antes. Recuerdo un matrimonio en que los novios, una pareja de abogados, decidieron reemplazar el Danubio Azul por una canción de Agua Marina (años después otros también han roto con la tradición del vals, pero con canciones de Joaquín Sabina o Miguel Bosé).

Ahora bien, debo reconocer que, salvo dos o tres canciones, no lograba distinguir si se trataba de Néctar, Agua Marina o Armonía 10 y también confundía a las diferentes agrupaciones femeninas. En cuanto al tema más famoso de Néctar, confieso que en un principio me llamaron la atención tantas palabras acentuadas erróneamente en la última sílaba:

Aquel arbolitó,
donde estaba escritó,
tu nombre y el mió.

No quiero pensar cómo se hubiera escandalizado mi exaltada profesora de Música que en Primero de Media nos enseñaba a elaborar letra de canciones. Sin embargo, al poco tiempo esa melodía, a la vez alegre y melancólica, me gustó más que todas las consideraciones formalistas. Además, era una de las pocas veces que aparecía en una canción uno de esos diminutivos tan presentes en nuestro lenguaje cotidiano.

En aquel entonces, yo desconocía que Néctar había nacido en Argentina entre la diáspora de peruanos que se tuvieron que marchar debido a las políticas económicas y que después de varios años tanto Johnny Orozco como el resto de los músicos habían regresado al Perú cosechando éxitos.

Con su capacidad para manejar los medios de comunicación, el régimen de Fujimori encontró el ritmo oficial para su campaña por la segunda reelección. En estos momentos, me parece inverosímil la imagen del ex-canciller y ex-rehén Francisco Tudela, obligado a bailar tecnocumbia en las manifestaciones públicas, aunque recuerdo también años antes a su predecesor Fernando de Trazegnies haciendo lo mismo en un almuerzo de la Facultad de Derecho, amenizado por una orquesta en vivo, como en las fiestas de la selva, aunque los músicos usaban saco y corbata.

Ahora que los integrantes de Néctar han encontrado abrupta muerte en el país donde comenzaron a hacerse famosos, se hace evidente el contraste entre ellos y lo que vino después: el reggaeton o esos grupos brasileños de bailarines que algunos amigos antes se empeñaban en imitar y ya nadie recuerda. He visto en internet algunos videos de Néctar y en comparación con el reggaeton, me parecen tan inocentes como los dibujos animados de mi infancia, mientras que sus letras parecen una poesía de Bécquer.

Es verdad que el período en que más cumbia peruana escuché, fueron tiempos de autoritarismo, temor y prepotencia, pero debo reconocer que en esos años hubo numerosos momentos felices. En fiestas, matrimonios (los holandeses que llegaron a la boda de mi amigo se veían especialmente dichosos bailando), cumpleaños, la música de Néctar estuvo cerca de mí y de las personas que yo más quería.

Por eso, supongo, los he recordado tanto en estos días y sin duda así van los recuerdos de tantos peruanos, que bailaron, se enamoraron, festejaron y rieron al son de ellos. Por algunos días más y cuando regresen al Perú, quizás nos tocará llorar cuando escuchemos su música. Pero después, nuevamente, nos ayudarán a recordar buenos momentos y nos acompañaran en aquellos que la vida nos depare.



Además,

-Expresamos nuestra solidaridad con las víctimas del brutal atentado ocurrido en un mercado de Juliaca el sábado 19 y esperamos que los autores del crimen sean pronto identificados y detenidos.

-La cadete Shirley Juárez Mogollón, expulsada de las Fuerzas Armadas por haber quedado embarazada, regresó a su puesto gracias a una sentencia favorable de la Corte Superior de Piura.

-Hablando de Piura, la Municipalidad está intentando enfrentar el problema de las motos lineales (RP 142), pese a la violenta oposición de los conductores.

-El Padre Marco Arana y la abogada Mirtha Vásquez denunciaron nuevos actos intimidatorios contra ellos y la institución cajamarquina Grufides, pese a que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha solicitado al estado peruano que les brinde las necesarias medidas de protección (RP 140).

-Hablando de Cajamarca, reunido en esa ciudad, el Colegio Médico del Perú ha denunciado el maltrato de muchos médicos en los hospitales, que se encuentran bajo la modalidad de “servicios no personales”. Muchas enfermeras, obstetrices y técnicos padecen la misma situación injusta (RP 141).

-La Corte Superior de Puno absolvió a doce ronderos del delito de secuestro, siguiendo la línea de la Corte Suprema, tomando en cuenta que la retención temporal de un delincuente no tiene la finalidad de obtener un rescate ni la intención dolosa que corresponde a dicho delito. Pueden ver la sentencia en: www.ser.org.pe/index.php?option=com_content&task=view&id=361&Itemid=130 . Una interpretación así habría librado de la prisión al alcalde de Parcoy.

-Nos parece sumamente positivo que Saga Falabella haya eliminado el requisito de “fotografía reciente” de sus convocatorias de empleo. Sería conveniente, sin embargo, que recibiera las cartas en que centenares de personas han rechazado su publicidad tras el Operativo Cuerazos Peruanos.

-En el marco del Segundo Encuentro Nacional de Interculturalidad a realizarse en Trujillo del 23 al 25 de mayo se llevará a cabo una exposición del reconocido artista Jorge Miyagui, en varias ocasiones criticado por sectores conservadores, que consideraban sus obras “demasiado políticas”.